"L'HOMME EST BON, LA SOCIETÉ LE PERVERTIT" Jean Jacques Rousseau

Y en cada uno de nosotros se encuentra la virtud y cualidad de eludir dicha perversión, primero en uno mismo, para luego ayudar a los demás en la misma intención.

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lunes, 20 de septiembre de 2010

OMNIBUS EMBRUJAO!

Te cuento… “no creo en brujas, pero que las hay, las hay”, dicen los nabos que usan frases hechas; y los otros nabos, los que se creen vivos, piensan en el silencio torpemente encubridor de sus creencias fallidas: “no creo en brujas, pero que las hay, las hay”.-
¡Que dé un paso al frente el jodido embustero que diga y crea honestamente que no hay “cosas raras” en el mundo y el universo! Y al dar el paso al frente, que se lleve por delante, en lo posible, un gato negro, y que pase por debajo de una escalera abierta o apoyada en la pared!. Dale. Dale, dale!!!

Y si no, me remito a mi experiencia de hoy, digna de una maldición o hechizo de Madame Mim, la bruja gordita de Walt Disney que era rival del boludo mago Merlín.

Salgo a tomar el ómnibus, y veo que el que me sirve (que pasa cada una hora), iba yéndose, precisamente; resignado, voy a cruzar la avenida en semáforo verde, para dirigirme de todas formas a la parada, que tiene asientos… un camión, apuradito, llego justito al cambio de luces, y se detiene, medio atravesado entre las dos avenidas, de tal forma que al cruzar por delante de él, los vehículos que transitaban por la otra, me hacían finitos… Al llegar a la otra, la cruzo también en verde, y la misma, exactamente la misma historia con otro camión, y otros finitos de otros vehículos de la otra avenida. (“otros” y “otras”!menos yo!)
Mmmhh… me dije… poco tardó en venir otro ómnibus, interdepartamental, con recorrido similar al que perdí, pero el doble de caro en boleto. Me lo tomo. Soy el tercero en subir. Las dos personas que subieron delante de mí, ocuparon con sus culos los dos únicos asientos que quedaban libres. Yo, de parao…
En las siguientes paradas, suben
más personas –unas seis u ocho- y se van todas “pal fondo” donde estaba yo. ¿Podés creer que los asientos que se iban liberando con gente que bajaba fue pa los seis u ocho!?!??!?! Tanto así, que cuando me estaba por bajar yo, seguía siendo el único gil parado!!!
Agradezco infinitamente a Dios que al bajarme no tropecé y no fui a dar debajo de las ruedas del ómnibus que arrancaba!!

Madame Mim: sos una yegua!

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