
Hace unos días mi hermano Claudio, el mayor de los 5, me propuso seguir escribiendo artículos, pensamientos, reflexiones, para darle continuidad a esta página de papá, a la que él quería y cuidaba tanto. Me encantó la idea y se lo comenté a mis otros dos hermanos en edad de hacer lo mismo (obviamente Lucía, el ángel de la guarda de papá, no está aún en edad de incorporarse, aunque quien sabe en un tiempito). Recién hoy, sábado 31 de diciembre de 2010 me siento en la compu a ver si se me ocurre algo, miro fotos, recuerdo cosas, me angustio un poquito bastante y recuerdo que hoy hace una semana que papi ya no está entre nosotros, cuando Rafa me manda un sms diciendo que se había despertado triste porque hoy ya hacía una semana, ¡qué rápido pasa el tiempo! Fue este cachetazo de la semana lo que me dio el último empujoncito para ponerme a escribir, abro la página, leo un poco, recuerdo otro tanto y abro un documento de Word para ver si me sale algo, pongo título “cotidiasno”, corrijo enseguida quitando la “S” de más, aunque caigo en la cuenta que los actos fallidos, como lo fue ese, siempre algo develan y algo nos quieren decir. Es así que intento interpretar qué significó este “COTIDIASNO”, seguro es muy distante del original COTIDIANO, que tantas cosas nos puede transmitir y que seguramente papá habrá tenido en cuenta al momento de elegir este nombre. Ahora COTIDIASNO, no me transmite otra cosa que desconocimiento, la jerga popular tilda de burros y de asnos a los ignorantes, desconocedores, torpes e ineptos, y así la consiguiente reflexión y/o asociación viene por el lado de qué tan ignorante pude haber sido en torno a los conocimientos de mi padre, ese hombre tan culto, tan místico, esotérico, tan seductor desde su inteligencia. Claro que para los hijos siempre los padres representan otras cosas, uno los vive desde otros lugares, otros escenarios, cargados de emociones y no tanto de intelecto, emociones que muchas veces no nos permiten distanciarnos para ver y apreciar realmente quiénes son nuestros padres. En el caso del mío, aún no encuentro palabras para definirlo, de todas formas, al salirme del escenario emocional puramente sanguíneo no puedo apartar la admiración cuando pretendo formar una definición de papá. Ese solitario, que poca importancia le daba a los placeres mundanos, exceptuando los amores, el tabaco, unos vasos de coca y algún café en el correr del día, día que más bien era noche, teniendo en cuenta que sus horas de inspiración y producción eran las nocturnas (algo que siempre compartí con él), hombre que no ponía especial atención a la limpieza de la casa (como para otros puede resultar una obsesión), él tenía bien claro que ese detalle era totalmente ajeno a sus razones vitales, tanto como sabía que quienes lo querían y conocían no se fijaban en eso sino en lo que estar ceca de él les representaba. Hombre que decía cada vez que te despedía cuánto te quería aunque luego pasara tiempo en verte otra vez; hombre que te invitaba a su casa a charlar con café de por medio aunque no tuviera motivo específico ninguno. Ese hombre fue mi padre, tan profundo, inteligente y conocedor, una persona que vivió según sus verdaderos deseos de crecimiento personal, sin importarle mayormente que eso le redituara económicamente, a él le alcanzaba poder seguir creciendo espiritualmente y lograr que ese crecimiento llegara a otros, por eso es que en este acto fallido, la asociación directa que me surge es lo ignorante que me siento en todo ese aspecto con respecto a papá, un asno dentro de la mística, dentro de los caminos considerados esotéricos, dentro de la búsqueda profunda interior; por ello quizá es que su gran legado haya sido dejar en nuestras manos el darle continuidad a sus creaciones y así empezar nuestro propio enriquecimiento. ¿A alguien se le ocurre seguro de vida más hermoso que ese? Gracias papi, por marcarme nuevos caminos a transitar. Te amaré siempre. Verónica.











apoyada en la pared!. Dale. Dale, dale!!!
